miércoles, 16 de mayo de 2012

Carta Abierta del Cineclub Stocco


Estimada audiencia, prensa y amigxs en general:

Desde el Cineclub Stocco nos vemos en la penosa situación de tener que comunicarles los atropellos de los que hemos sido objeto por parte del Consulado de Italia en Mendoza. Tales tensiones entre las organizaciones que realizan el ciclo de cine “Italia de cerca”, supuestamente en conjunto, ha generado que el Consulado se retire del mismo, insistiendo en que las proyecciones se suspendan. Es necesario volver al principio para entender esta “crónica de una ruptura anunciada”.

Hace aproximadamente 1 mes, se acercó a nuestro espacio el grupo “Jóvenes Italianos de Mendoza” (JIM) con la propuesta de realizar un ciclo de cine italiano contemporáneo en conjunto con el Consulado. Luego de evaluar la propuesta colectivamente, acordamos realizarlo bajo las siguientes condiciones: el ciclo se realizaría en el espacio y horario normal en que funciona el Cineclub Stocco (los jueves a las 21hs. en el Microcine Municipal), la elección y presentación de las películas estaría a cargo de ambas organizaciones, cada organización se encargaría de la difusión por sus canales habituales, el Consulado conseguiría las películas y el Cineclub Stocco se encargaría de la gacetilla, los pósters y el debate. La selección finalmente quedó en manos del Cineclub Stocco y el JIM, ya que el cónsul italiano mandó sus propuestas cuando el ciclo ya estaba casi comenzado. Aquí empieza una serie de equívocos en los cuales el JIM transmite las decisiones del consulado, es el único canal de comunicación con el mismo y negocia como si fuera parte de él, pero la institución posteriormente se desvincula de dicho grupo cuando no está de acuerdo con lo pactado.

La primera función comenzó de la manera equivocada. Fuimos víctimas del atropello de “autoridades” del Consulado que, por el simple hecho de tener un puesto en el mismo, querían pasar por encima del resto del público, entrar antes a la sala y elegir sus butacas. La política del Cineclub Stocco al respecto es que las entradas se empiezan a entregar media hora antes de la función, de forma completamente gratuita. El objeto es controlar la cantidad de personas que ingresan a la sala debido a las limitaciones de espacio (sólo cuenta con 115 butacas). Quienes han llegado a tiempo tienen prioridad. Si las entradas están agotadas, nadie más puede entrar. Mucho menos gente que no ha trabajado para el ciclo, no asiste regularmente y se va en la mitad de la función.

Durante la proyección surgió otro problema: los subtítulos de la película no funcionaban o lo hacían esporádicamente. Como estas películas no tienen distribuidoras en Argentina, el Consulado debía conseguirlas y garantizar su buen funcionamiento. Esto era parte del acuerdo. Dado que como Cineclub asumimos la responsabilidad de subtitular la última película del ciclo (el Consulado no había conseguido una copia subtitulada ni se comprometía a pagarle a un traductor para tenerla lista), era la responsabilidad del Consulado que las copias funcionaran correctamente. Esta falta de respeto hacia el público no italianoparlante se vió coronada con la ausencia total de miembros de dicha institución en el debate. Demostraron así una vez más su falta de interés en el ciclo “Italia de cerca”, confirmando que su única esperanza era sacar rédito político del trabajo de otrxs.

Se pactó una reunión luego de un comienzo tan poco auspicioso. En la misma se nos hicieron reclamos del tipo: “Es Consulado de Italia en Mendoza, no Consulado Italiano”, “Hay que reservar un lugar para el Cónsul”, “El Cónsul ha decidido que quiere presentar la próxima película”, etc. Tras llegar a un mínimo acuerdo sobre las condiciones en las cuales continuar, un mail del JIM desencadenó el fin de la colaboración. En el mismo ignoraba los acuerdos a los que se había llegado y pasaba como resumen de la reunión decisiones que no habían sido tomadas. Entre ellas empezar la función antes si llegaba toda la gente (una falta de respeto al público, a quien se anuncia un horario concreto), que el cónsul presentaría solo la próxima película (cuando se había hablado de una co-presentación ya que nunca antes había presentado una película), etc. Nuestra respuesta no se hizo esperar, corrigiendo algunas decisiones y aceptando otras. (Cito extracto del mail: “Nos parece coherente que si el Sr. Cónsul es quien desea presentar la película lo haga de mayor gusto pero debería ser la misma persona que modere el debate ya que está interiorizado en la temática y los pormenores de la película. A nosotros, como co-presentadores, no nos molesta en absoluto compartir (nótese que digo compartir y no ceder) el espacio de presentación y la moderación de debate como lo hicimos en muchas otras oportunidades con muchas otras agrupaciones o entidades.”).

La próxima noticia que tuvimos fue que el Consulado quería cancelar el ciclo, molesto por expresiones tales como “nos parece coherente”, que creían dañaban la investidura de autoridad del Cónsul. Solucionamos el problema como pudimos, garantizando una nueva reunión, esta vez con miembros del Consulado, ya que, aparentemente, el mail generaba malos entendidos. En la función siguiente, el Cónsul, encargado de la presentación, no fue. Quedó en manos nuestras tratar de continuar de la mejor manera posible. La proyección continuó sin mayores contratiempos y el debate se desarrolló en un ámbito de intercambio de ideas respetuoso y plural. No podemos decir lo mismo de la manera en que un miembro del JIM nos confrontó a la salida de la sala. Llegó al punto de decir que el Consulado podía quitarnos el espacio del Cineclub si decidíamos no colaborar con ellos, ya que el Cónsul tenía una gran amistad con Víctor Fayad. Recordamos que la sala en la que el Cineclub Stocco funciona es el Microcine de la Muncipalidad de Capital que nos la presta gentilmente para nuestras proyecciones todos los jueves desde hace dos años y medio.

No satisfechos con el buen resultado obtenido, la encargada de Cultura y Prensa del Consulado, con quien ya habíamos hablado y nos había afirmado una vez más que estaba todo en orden, agradeciéndonos incluso el trabajo que estábamos llevando a cabo, nos citó a una nueva reunión. Es necesario aclarar que ningunx de lxs miembrxs del Cineclub percibe un sueldo o alguna clase de remuneración por su trabajo en este espacio. Todxs trabajamos y/o estudiamos y le dedicamos al Cineclub todo nuestro tiempo libre. Luego de haber cambiado horarios de trabajo para asistir a dicha reunión, la encargada de Cultura y Prensa la suspendió a último momento. Finalmente el día martes 15-05 fuimos recibidos en el Consulado. “Recibidos” es una forma de decir, ya que nos hicieron esperar, situación que lamentablemente no era la primera vez que se producía (en el primer encuentro estuvimos esperando una hora y media a que se dignaran a vernos), nos revisaron las mochilas al ingresar como si fuesemos delincuentes y la “reunión” tuvo lugar en la misma sala de espera. La encargada de Cultura y compañía plantearon que tenían una lista de nuestras “malas actitudes”. Cuando comenzamos a dar cuenta de todos los atropellos de los que habíamos sido víctimas, del trabajo que habíamos realizado, de la falta de compromiso del Consulado que sólo aparecía en las funciones para leer la agenda de cultura italiana, dijeron que los detalles no eran importantes. Luego sin más, se levantaron, avisaron que nos quitaban el apoyo del Consulado y los derechos de las películas.

Lamentamos sinceramente no poder pasar las películas anunciadas, pero el Cineclub va a continuar con sus funciones por respeto a su público. Se proyectarán filmes de dominio público, es decir, cuya proyección pública no necesita un pedido especial de derechos comerciales. Aprovecharemos la ocasión para deleitarnos con clásicos del cine mudo, con la mágica presencia de Buster Keaton y Charlie Chaplin en la pantalla grande. Esperamos contar con su paciencia y comprensión al respecto.

Esta carta fue escrita en el calor de la indignación de haber sido vapuleados y ninguneados, de ver nuestro trabajo menospreciado por gente que no se digna a trabajar ni siquiera en pos de sus intereses. No pedimos compensaciones de ninguna clase. Denunciamos el accionar del Consulado para que el público sepa lo sucedido y para que todos aquellos grupos que deseen trabajar alguna vez en conjunto con esta institución sepan lo que les espera. Sepan que serán explotados, basureados, tratados como delincuentes si se rehúsan a someterse a su yugo. Si deciden ceder, sólo serán una nota al pie en el “gran trabajo cultural” que lleva adelante el Consulado Italiano en Mendoza.